By Tomás Neira
Total series: 3
Desde los cerros que rodean la comunidad Kakua, en Wacará, la selva se abre como un horizonte sagrado. La mirada alcanza un territorio que respira, donde la neblina se posa sobre los árboles como un canto silencioso de los ancestros. Allí, las montañas no son sólo tierra elevada: son cuerpos de espíritu, guardianes del equilibrio entre el cielo y el bosque. Desde esa altura, el viento trae voces antiguas, y el paisaje entero parece escuchar.
Fotografía / Photography
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$ 900,000
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